El preahorro es mucho mejor que ahorrar.
Durante toda la historia de nuestra civilización el ser humano siempre ha buscado el beneficio o recompensa inmediata. Por desgracia hemos aprendido, o nos han enseñado, a lo largo de los años a pensar siempre a corto plazo en vez de hacerlo a largo plazo.
Pongamos como ejemplo “la prueba del malvavisco”, experimento realizado a fines de los años 60 y comienzos de los 70, dirigido por psicólogo Walter Mischel, entonces profesor en Universidad de Stanford:
El experimento consistía en sentar a un niño en una mesa dentro de una habitación y un investigador le dejaba un plato con golosinas o “nubes de azúcar”. El niño podía comerse la golosina en cualquier momento, pero si esperaba quince minutos le regalaban otra, de esta manera conseguir el doble de golosinas si tenía paciencia.
¿El resultado? En general, sólo un tercio de los niños consiguió aguantar los quince minutos. Nuestra naturaleza humana está programada para obtener más y querer tenerlo inmediatamente.
Otro aspecto para tener en cuenta es el consumismo, consecuencia directa del capitalismo y la aparición de la publicidad, herramientas que fomentan el consumo generando nuevas necesidades al consumidor. ¿Qué efectos se producen a nivel personal y familiar?
Aumentamos nuestros gastos de forma innecesaria comprando cosas que pudiéramos evitar o reducir, como productos cuya publicidad promete milagros, productos de vida útil baja o productos sustitutos de otros naturales.
EL Ahorro
AHORRAR es como cambiar el presente por el futuro, es aparcar una parte de nuestros ingresos y no gastarlos. La clave del ahorro es la capacidad de acumular dinero de forma regular durante un periodo de tiempo determinado. INVERTIR ES PONER A TRABAJAR TUS AHORROS con un objetivo financiero que básicamente es que tus ahorros se incrementen de valor.
Generalmente todos, al principio de mes, debemos pagar la hipoteca de la casa, el seguro del coche, la luz, el agua, etc., y luego tenemos los gastos del día a día como comer, salir con amigos, comprar el periódico, ¡Mira que vestido tan bonito!, ¡necesito unas zapatillas nuevas!, etc. El resultado es que al final de mes apenas no nos queda nada o casi nada ahorrado. Da igual el sueldo que cobre, todo el mundo cuando tiene dinero acaba gastándolo y sin ahorrar, por eso AHORRAR ES TAN DIFÍCIL.
Si queremos conseguir nuestra LIBERTAD FINANCIERA hemos de olvidarnos de la palabra AHORRAR y comenzar a pensar en PREAHORRAR:
Preahorrar
PREAHORRAR consiste en retirar a otra cuenta una parte de tu sueldo al principio de cada mes, justo antes de que llegue a tu bolsillo y lo puedas gastar. La diferencia con el ahorro tradicional es que con el PREAHORRO hay una parte de tu sueldo con el que no cuentas des un principio y evitas la tentación de gastarlo.
Así, sin que te des cuenta, comienzas a AHORRAR DE VERDAD. Lo único que debes hacer para empezar a PREAHORRAR, es contratar un producto de ahorro y realizar todos los meses una transferencia automática de una parte de tu sueldo. Tu elijes la cantidad de sueldo que quieres PREAHORRAR, lo mínimo para conseguir resultados es el 10% de tu sueldo, a partir de ahí puedes reservar un porcentaje mayor.
Tú decides, al fin y al cabo, cuanto más rápidamente PREAHORRES, antes conseguirás cumplir tus sueños de LIBERTAD FINANCIERA. Además, si tu sueldo sube, puedes añadir ese dinero extra a lo que ya ahorras cada mes.
Seguramente pensarás: ¡Si eso está muy bien y resulta muy sencillo quitarme una cantidad al principio de cada mes, pero ¿cómo lo hago para vivir sin ese 10% o más?
Cuando empieces a PREAHORRAR observarás algo curioso: el primer mes sí que notarás ese 10% menos que tienes para gastar, el segundo mes lo notarás menos y el tercer mes ¡nada! Tu nivel de gasto se habrá adaptado como por arte de magia al nuevo nivel de ingresos.
Si quieres aumentar aún más tu nivel de PREAHORRO reduce al mínimo imprescindible tus gastos domiciliados y evítalos en el futuro, al igual que PREAHORRAR tus subidas de sueldo.
Una forma muy sencilla de romper la espiral del gasto creciente es ahorrar las subidas de sueldo, como el dinero de la subida no llega a tu bolsillo nunca tienes la tentación de aumentar tu nivel de gasto. AHORRAS sin ningún esfuerzo de voluntad.
