Como ya hemos visto en otras entradas del blog, uno de los pilares de los seguros es el principio de solidaridad, que se basa en el reparto del daño entre todas las personas que están amenazadas por el mismo peligro.
Entonces, cuando hablamos de fraude, hablamos de una acción que atenta directamente contra el principio de solidaridad y que tiene efectos muy negativos tanto para las aseguradoras como para los asegurados.
¿En qué consiste el fraude en el mundo de los seguros?
El fraude va desde acciones para obtener beneficio que no corresponden por parte de los asegurados, hasta actos ilícitos que ejecutan las compañías de seguros.
La mayoría de los asegurados que cometen actos fraudulentos pueden no ser conscientes de que están cometiendo un delito tipificado en el código penal y muchas veces justifican su comportamiento alegando que es un acto razonable beneficiarse un poco más de lo que le corresponde, ya que “las aseguradoras ganan mucho dinero”. También se justifican alegando que llevan con un seguro mucho tiempo sin haber sufrido ningún accidente, por lo que les corresponde “su” dinero.
En cambio, en el caso de actos fraudulentos por parte de la compañía de seguros, podemos estar hablando de aseguradoras que operan en el mercado sin estar inscritas ni autorizadas. Lo cual está totalmente prohibido, ya que no se puede ejercer la actividad aseguradora sin una autorización oficial.
Solemos pensar que en los fraudes a seguros solo hay un beneficiado (el delincuente) y un perjudicado (el estafado), pero el fraude de este tipo nos perjudica a todos los que formamos parte de la aseguradora.
Por un lado, los asegurados deben soportar incrementos en las primas que han causado la actividad delictiva de unos pocos. Por otro lado, los aseguradores, experimentan cuantiosas pérdidas tanto de dinero como de medios empleados para intentar impedir el fraude
El propio sector de los seguros se ve afectado ya que su imagen se ve dañada.
Desde Invertis Capital te recomendamos que, si alguna vez se te ha pasado por la cabeza llevar a cabo algún acto fraudulento, lo mejor es que te quites esa idea de la cabeza.
El fraude es un delito y nos afecta a todos de forma negativa.
