Asegurar la estabilidad financiera de los seres queridos constituye el propósito esencial de un seguro de vida. Este tipo de seguro busca preservar el bienestar económico tanto de los allegados como del titular, ofreciendo respaldo frente a eventualidades graves como invalidez permanente total o el deceso. Es crucial que el seguro de vida se adapte a las necesidades particulares de cada familia, considerando factores como su composición, la edad y salud de sus integrantes, así como su solvencia económica.
¿Por qué optar por un seguro de vida? Antes de decidirse por contratar un seguro de vida, es común cuestionarse si constituye una elección acertada o simplemente se suma a los gastos existentes. Este tipo de seguro brinda la tranquilidad de saber que, independientemente de lo que ocurra, la familia podrá mantener su nivel de vida durante el tiempo necesario para adaptarse a la nueva situación.
Es relevante considerar que, en promedio, una familia requiere alrededor de cinco años para recuperarse financieramente tras la pérdida de un miembro.
¿Qué incluye un seguro de vida? La cobertura principal de todo seguro de vida es el fallecimiento. Sin embargo, es igualmente crucial contar con la cobertura por incapacidad permanente total, la cual impide al afectado seguir desempeñando normalmente sus actividades profesionales y personales, e incluso puede requerir gastos adicionales para su tratamiento.
También existen coberturas que anticipan el pago de un capital en caso de padecer enfermedades graves como el cáncer. En tales momentos, un seguro de vida demuestra su relevancia al ayudar al asegurado a costear tratamientos médicos que de otra manera no podría afrontar. Además, representa un apoyo importante para la economía familiar, dado que es probable que el asegurado no pueda desempeñar su actividad profesional en tales situaciones.
Otras ventajas de los seguros de vida: Además de proteger económicamente a la familia del asegurado tras su fallecimiento, cubrir el pago de una hipoteca o préstamo, garantizar el futuro de los hijos, proteger contra el riesgo de incapacidad permanente total, o brindar cobertura ante enfermedades graves o accidentes inesperados, como los de tráfico, los seguros de vida suelen ofrecer otros beneficios importantes para los clientes.
Por ejemplo, tras el fallecimiento de alguien, además de los pagos pendientes, es necesario considerar los gastos asociados al entierro o la cremación, los cuales suelen ser elevados. Gracias a este producto, algunos de estos servicios podrían cubrirse, incluso sin haber contratado un seguro de decesos. Además, dependiendo de la comunidad autónoma, tras el fallecimiento es necesario liquidar el impuesto sobre donaciones y sucesiones para poder disfrutar de la herencia, y el dinero de la póliza de vida puede contribuir a solventar este trámite, que puede ser oneroso en algunas regiones.
Ante cualquier interrogante sobre la contratación de un seguro de vida, lo más apropiado es contar con el asesoramiento de un gestor bancario, quien resolverá cualquier duda y orientará sobre el producto que mejor se adapte a las necesidades de cada familia.
