Los principios básicos para la planificación de la jubilación son:
- Elaborar una lista de todos los activos financieros que se posean actualmente: es necesario tener toda la información de activos porque será fundamental para determinar el punto de partida y conocer cuánto se deberá ahorrar.
- Estimar la pensión pública que se percibirá en la jubilación: Es imprescindible para buscar el complemento de renta o pensión privada que necesitaremos para ese momento.
- Calcular otros ingresos futuros que se puedan percibir: Posibles ganancias de bienes inmuebles, intereses devengados por ahorros y otras inversiones o herencias que se esperan recibir.
- Calcular el pasivo: Hay que hacer una lista que incluya hipotecas, deudas de tarjetas de crédito, préstamos con garantía personal y otros créditos. Es necesario restar las deudas para determinar el patrimonio neto.
- Evaluar las necesidades de seguros: Establecer coberturas complementarias para que el periodo de ahorro no se vea mermado por problemas de salud, sobre todo en el caso de trabajadores autónomos. Es importante revisar las pólizas de seguro de vida, incapacidad y salud para ir ajustando las coberturas, incrementándolas o reduciéndolas, para conseguir el equilibrio patrimonial.
- Estimar los ingresos y gastos en la jubilación (necesarios o deseados): Es muy difícil estimarlo cuando la edad del cliente dista mucha de la edad de jubilación, siendo más fácil cuando más se aproxime a esa edad. En uno y otro caso es un ejercicio interesante y necesario ya que va vinculado muy directamente el volumen de ingresos adicionales que necesitaremos en el momento de la jubilación.
- Calcular cuánto más se necesita ahorrar para cumplir con el objetivo: Para ello, se tendrá que calcular la diferencia entre la suma de dinero que se necesitará en la jubilación según el objetivo marcado y la suma de dinero ahorrado en ese momento con el ritmo actual previsto.
- Considerar variables importantes como la fiscalidad, inflación, tipos de interés estimados…: La planificación de la jubilación es dinámica porque existen factores exógenos o ajenos a la voluntad del ahorrador que nos obligarán a tener un plan de revisión periódico en función del tipo de inversiones.
- Planificar y aumentar los ahorros administrando bien los gastos: Una forma que ayuda a horrar es reducir los gastos, las deudas y evitar intereses por esquemas de consumo a plazo.
- Ajustar el plan periódicamente: No sólo por los factores exógenos indicados en el punto 8, sino por los cambios que se vayan presentando en la situación laboral, en la mayor o menor capacidad de ahorro, en incurrir en gastos imprevistos…
Por otra parte, la mayor o menor aversión al riesgo se constituye como un factor fundamental para la definición de la mejor estrategia de planificación de la jubilación. Muchos inversores asumen el riesgo y aprenden a administrarlo en lugar de evitarlo. Para ello, es necesario conocer que existen varios tipos de riesgo de inversión:
- El riesgo de mercado: Es la probabilidad de que el valor de la inversión descienda junto con el mercado general de renta fija o de renta variable.
- El riesgo de tipo de interés: Es la posibilidad de que el precio de un bono o de un fondo de renta fija se reduzca como respuesta al aumento de los tipos de interés.
- El riesgo de la inflación: Tiene que ver con que la inversión pierda poder adquisitivo con el paso del tiempo. Cuanto mayor es la duración de la inversión, mayor es el posible efecto del riesgo de inflación. De la misma manera, las inversiones más estables, tales como los fondos del mercado monetario, tienen un alto riesgo de inflación.
- El riesgo crediticio: Implica la posibilidad de que el emisor de un bono no pague su deuda o que la pague fuera del plazo establecido.
- El riesgo de concentración: Hace referencia al mayor nivel de riesgo al que puede exponerse si las inversiones están demasiado concentradas en un tipo de activo o si se invirtió demasiado en las acciones de una sola empresa o de un mismo sector.
En definitiva, para controlar o administrar el riesgo es importante:
- Determinar las metas, el horizonte temporal de la inversión y las características de cada persona para conocer el nivel de tolerancia al riesgo de cada cliente.
- Conocer los tipos de riesgo que puede afectarnos.
- Diversificar en diferentes tipos de productos, activos y emisores.
- Encontrar el equilibrio justo entre el riesgo y la rentabilidad para cada cliente.
- Trazar objetivos a largo plazo. Así del cliente que asesoramos en la planificación financiera de la jubilación, deberemos conocer lo siguiente:
- Qué tipo de inversor/ahorrador es
- Qué capacidad personal tiene de asumir riesgos. De conservador a arriesgado.
- Si se siente cómodo o nervioso ante determinados activos y su evolución.
En Invertis Capital ofrecemos asesoramiento profesional e independiente a la hora de elaborar estrategias para la jubilación, con una relación de proximidad y de confianza.
