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Todo lo que tienes que saber del seguro de jubilación

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Los seguros de jubilación, también denominados como planes de jubilación, se revelan como una variante de seguro de vida que comparte su objetivo con los planes de pensiones: acumular fondos para el período de jubilación. Ambas modalidades no solo abordan la jubilación, sino que también contemplan la cobertura de otras eventualidades, procurando simultáneamente obtener rendimientos por los ahorros depositados. No obstante, este vehículo de ahorro presenta notables distinciones en comparación con un plan de pensiones. Exploraremos estas diferencias a continuación.

Características de los Seguros de Jubilación

Los seguros o planes de jubilación son productos de ahorro vitalicio que abarcan contingencias relacionadas con la jubilación, fallecimiento o incapacidad laboral. Al contratar un seguro de jubilación, el cliente debe comprender que está generando ahorros tanto para su jubilación como para asegurar su estabilidad financiera y la de su familia. En situaciones de fallecimiento o invalidez, el seguro o plan de jubilación opera como un seguro de vida, abonando el capital asegurado a los beneficiarios o herederos.

Su funcionamiento es similar al de un plan de pensiones. El titular efectúa aportaciones periódicas a lo largo de la vida del seguro de jubilación (modalidad de prima periódica), aunque también puede realizar una única aportación de capital al inicio del contrato (modalidad de prima única). Estas aportaciones generan una rentabilidad mínima anual, que puede o no estar garantizada, junto con una rentabilidad variable vinculada a las inversiones realizadas por la entidad gestora.

No obstante, es importante destacar que, más allá de su funcionamiento, existen tres diferencias fundamentales entre un seguro de jubilación y un plan de pensiones. Estas diferencias se centran en el tratamiento fiscal, la disponibilidad de los ahorros y su rentabilidad.

Tratamiento Fiscal de los Planes o Seguros de Jubilación

A diferencia de los planes de pensiones, los seguros de jubilación no permiten desgravar las aportaciones. En este caso, las aportaciones tributan de manera similar a un seguro de vida. Al recuperar el capital, el titular solo pagará impuestos por el rendimiento generado por sus aportaciones, no por la totalidad del monto recibido, como ocurre con los planes de pensiones. En casos en los que el tomador y el beneficiario sean la misma persona, la tributación se realizará en el IRPF. En caso contrario, se aplicará el ISD (Impuesto de Sucesiones y Donaciones).

Al recuperar el capital y los intereses, se puede optar por recibirlo en su totalidad como capital o de forma periódica en forma de rentas. En el caso de elegir rentas vitalicias, el importe sujeto a tributación se reducirá según coeficientes vinculados a la edad del receptor.

Disponibilidad de los Ahorros

Las aportaciones a un seguro o plan de jubilación están disponibles en cualquier momento para su rescate, siempre que se cumplan las condiciones establecidas en el contrato. En contraste, los planes de pensiones, salvo en casos excepcionales o contingencias específicas, no permiten recuperar el dinero hasta el momento de la jubilación.

Rentabilidad de las Aportaciones

La última gran diferencia entre un plan de pensiones y un seguro o plan de jubilación reside en su rentabilidad. En el primer caso, el cliente puede elegir el nivel de riesgo que desea asumir, vinculado a su perfil de inversor y la rentabilidad potencial que persigue. En un seguro de jubilación, esta opción no existe, y la rentabilidad tiende a ser menor. No obstante, este producto conlleva un riesgo reducido para los ahorros del cliente.

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